lunes, 22 de marzo de 2010

Una pequeña reflexión.

Me gustaría empezar el comentario con una pregunta: ¿Qué es el ser humano?
Por definición, el ser humano no deja de ser una especie, un tipo de animal. Sin embargo, somos mucho más complicados que eso, debido, especialmente, a nuestra capacidad de pensar. No dejamos que las cosas pasen sin que nos afecten, tenemos que darle a todo una explicación, un sentido, cuando muchas veces, no lo tiene tan siquiera. Y eso no es todo. Cuando tenemos un problema, no paramos de darle vueltas y vueltas a la cabeza, cuando quizás no tenga ni la menor importancia.
¿Y eso por qué? ¿No seríamos mucho más felices si no nos preocupáramos por esas cosas? Esto es algo imposible, la capacidad de pensar es una característica del ser humano que nace con él.

Imaginemos por un momento, que esa capacidad desapareciese. Que tenemos un problema y no nos afecta, ni siquiera buscamos una solución, dejamos que pase lo que tenga que pasar. Seríamos más felices, ¿no? NO, no lo seríamos.
La culpa no es del verbo “pensar”. El mayor problema que tenemos nosotros es que nos preocupamos demasiado por las cosas. Muchas veces le damos importancia a cosas que no la tienen. Con esto no quiero decir que debamos de olvidarnos de nuestros problemas y ser unos despreocupados, pero, ¿no deberíamos valorar más nuestra suerte?
¿No deberíamos pensar al levantarnos lo afortunados que somos?
Comparémonos con un enfermo de cáncer, o con un paralítico, o con una madre que ha perdido a su hijo… ¿si ellos consiguen seguir adelante, no lo vamos a hacer nosotros porque no podemos comprarnos los deportes que queríamos o porque no podemos ir a una fiesta? ¿No le damos demasiada importancia a esas tonterías, porque eso es lo que son? Y si con la comparación anterior ya resultan absurdos, si nos ponemos a pensar el lugar que ocupamos en el universo o el lugar que ocupan nuestros problemas en él…
Por ejemplo, si los comparamos con el tamaño de la Tierra, creo que hay un margen bastante amplio de diferencia. Si los comparamos con Júpiter, ese margen aumenta aún más. Si los comparamos con el Sol, bueno, la diferencia sería enorme, y si los comparamos con el Universo pues ya… es que no tiene comparación, simplemente.

De igual modo, pienso que deberíamos valorar más nuestra fortuna. Hay problemas en el mundo, claro que los hay, y muchos, pero también hay cosas realmente bonitas como ver atardecer, pasear por el campo, darse un baño en el mar…O cosas más sentimentales, como el cariño de una madre, de un padre, de tus amigos…El mundo está lleno de cosas maravillosas a nuestro alcance que dejamos escapar. Desde mi punto de vista, sería mucho mejor exagerar las cosas buenas, que las malas, como normalmente hacemos.

Quizás esté hablando de una utopía, ya que “comerse la cabeza” (vulgarmente hablando) es un característica innata del ser humano.

Pero bueno, pienso que si intentamos abrir bien los ojos, disfrutar de nuestra suerte y bajar el nivel de preocupación que le damos a nuestros contratiempos, solo con ese intento, seremos un poco más felices.

Somos una minúscula parte del universo, tan minúscula que si nos tuviéramos que dibujar en una cartulina, la Vía Láctea (galaxia a la que pertenece el Sistema Solar) sería un pequeño punto. Entonces, ¿como dibujamos el Sol? ¿Y la Tierra? ¿Y nosotros? ¿Y nuestros problemas? Pues ya que nuestros problemas son una parte de nosotros, no muy buena, y nosotros somos casi imposibles de dibujar, ¿para qué vamos a investigar como dibujarlos? Si el Universo en sí es precioso, ¿para qué vamos a estropearlo con nuestras tonterías?

Os propongo una cosa, cada vez que sintáis que tenéis algo imposible de solucionar, pensad que estáis encima de una montaña, gritando, desahogándoos… veréis que luego encontráis el remedio a ese problema. En serio, funciona.

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