lunes, 15 de febrero de 2010

Un día con un Burka.

Bueno, pues ya pasó el momento que tanto habíamos estado esperando: “El día con Burka”. Ese día que tanto habíamos planeado y del que tanto se había hablado.
Ya que es algo que dudo que vuelva a vivir, voy a explicarlo detenidamente:

Al llegar, todo eran nervios. No nos imaginábamos cómo iba a reaccionar la gente, ni siquiera sabíamos lo que íbamos a sentir nosotras con esa prenda puesta. Pero bueno, después de tenerlo todo preparado y el burka ya puesto, salimos a ver lo que pasaba.

La primera sensación fue un poco extraña. Te sientes cómo atrapada, bastante agobiada, y al principio incluso te cuesta respirar. Yo ya sabía que no iba a ser cómodo llevar un burka puesto, pero no me imaginaba que me sentiría así.Todo el mundo nos miraba de una forma extraña, aunque era comprensible, y hubo algunas risas, pero que no tuvieron mayor importancia.
Cierto es que lo que hicimos no se puede comparar con lo que sufren las mujeres que están bajo el régimen de los talibanes.
Primero, porque no tienen el derecho de asistir a la escuela.
Segundo, porque si se les ve una parte de la mano, o un poco de la pierna, pueden ser apedreadas y no pasa nada.
Tercero, porque ellas no pueden quitarse el burka si están agobiadas, como nosotras.
Y por muchas razones más.
Así que, yo me pregunto: si ya es incómoda la actividad que hemos hecho, ¿cómo será vivir en esos países?
Me llamo la atención la reacción que tuvieron algunas alumnas cuando un niño le tiró una bola de papel a una de ellas, ya que se pusieron bastantes enfadadas. Pero, ¿por qué se ponen así? ¿Acaso tiene importancia? ¿No se dan cuenta que eso en Afganistán carece totalmente de importancia? De hecho, te podrías considerar afortunada si te tiran eso en vez de una piedra.

Sinceramente, pienso que hay alumnos que se han aprovechado de la situación para perder clase, y no han comprendido realmente el objetivo de la actividad.
Por mi parte, puedo decir que me siento orgullosa de haber participado en ella, ya que me ha enseñado a valorar realmente lo que tengo, porque podría haber nacido en esos países donde la mujer no es nada. Países que piensan que las mujeres son animales, que su única función es satisfacer las necesidades del hombre. Países donde me sentiría totalmente inferior y dependiente de mi padre o de mi marido. Países donde no conocería lo que es ser feliz.
Por eso, pienso que actividades como ésta pueden ayudar a comprender a la gente que nuestro mundo no es sólo España. Que hay países que viven situaciones tan trágicas como ésta y que ignoramos completamente.
Cierto que es que una persona sola no puede hacer nada, pero ¿y 100? ¿Y un país entero? ¿Y cientos de países enteros?
Aunque, claro está, que alguien ya dijo algo que me parece totalmente cierto: “En la ignorancia se basa la felicidad”. No para todas, pero si para muchas personas.

Pero a mí eso me da igual. Me alegro muchísimo de haber podido participar en esta actividad, de haber sentido lo que muchas mujeres sienten (multiplicado por cien obviamente) y de haber comprendido que hay muchas culturas distintas y que hay muchas problemas que tienen solución si todas la personas unimos nuestras fuerzas, aunque esto sea casi imposible.


Lo único que me queda por decir es que recomiendo actividades como ésta, porque son la mejor manera de comprender un mundo, totalmente distinto al tuyo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario