lunes, 22 de febrero de 2010

Comentario del día 16 de Febrero.

La clase empezó con una frase que, desde mi punto de vista, debería ser cierta: “Ojala la gente sea tan generosa como lo sois vosotros”. Miguel nos dijo esto porque ya se ha mandado el dinero que recaudamos para Haití, y hemos sido francamente egoístas. Claro está, no todos, pero es que más de la mitad no dio nada de dinero, prefirió gastárselo en otras cosas que seguro que tendrían menos importancia. Pero, bueno, hay un dicho por ahí que dice que cada uno recibe lo que da, así que, cuando a estas personas les haga falta cualquier cosa, quizás no reciban nada, ya que ellos no ayudaron cuando otras personas lo necesitaban.

Quizás seamos así porque lo tenemos todo, aunque no nos demos cuenta. Quizás por eso la gente se preocupa tanto por el físico, porque no tiene otra cosa por la que preocuparse. Me parece horrible que chicas de mi edad ya piensen en operarse por pura estética. Y todo por los modelos de perfección que nosotros mismos creamos. Esos modelos que vemos en la televisión, que nos muestran que si no eres de tal forma, debes operarte. Un ejemplo muy claro es la operación de pecho. Pero a ver, ¿no es más importante llevarte bien con tu familia, con tus padres, en vez de aumentar tu pecho? ¿No es mejor tener salud, que arriesgarte a enfermar por una simple operación? Porque esa es otra cosa, muchas de las clínicas que ofrecen este tipo de “servicios” tienen como empleados a lo médicos que sobran, por decirlo de algún modo.
Desgraciadamente muchas personas esto no lo tienen en cuenta, y se ponen en manos de personas que no son profesionales y que pueden hacer mucho daño a una persona. Y es que nunca cambiaremos, siempre pondremos el físico por delante, y luego veremos el interior; siempre discriminaremos a una persona por ser gorda o por ser homosexual, sin pensar en el daño que podemos estar causando. Nunca entenderé por qué nos gusta tanto marginar a alguien por ser distinto a como se ha sido siempre. Y eso que defendemos que todos somos iguales…Pues en cuanto vemos a un hombre besándose con otro hombre nos quedamos mirando o se nos escapa una sonrisa…¿por qué? ¿No somos todos iguales? Sé que es cierto que antes esto estaba prohibido y que choca un poco, pero, si ya está permitido, ¿por qué seguimos nombrándolos como los “maricones”?
Claro está, decimos mucho que nos parece bien la libertad sexual, pero luego no lo llevamos a la práctica, seguimos mirándolos de forma extraña.

Poco a poco deberíamos dejar de pensar en cosas absurdas, como mejorar nuestro físico o discriminar a una persona por su condición sexual, y valorar más la suerte que tenemos.
Miguel nos puso una presentación que iba precisamente de eso, de que no sabemos lo que tenemos. De que nos quejamos por cualquier tontería, por ejemplo, de que nuestros padres nos protegen demasiado o de que no tenemos los zapatos que queríamos, cuando hay niños que no tienen ni padres, ni ropa, no nada.
Pero como nosotros estamos ajenos a esta situación, no valoramos nuestra fortuna, que es inmensa. Tener salud, familia, amistad y cariño, yo creo que es la mayor felicidad que se puede tener.

Pues nada, me gustaría terminar el comentario, felicitando a mis compañeros Carmen Gloria, Daniel y Ana, ya que hicieron unos comentarios sobre el Burka bastante buenos.

¡Hasta la próxima semana!

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